LA PRINCESA ROCKERA.
Érase una vez, que se era, una princesa rockera que tenía un novio cantante, y no caballero andante.
El rey la mandó a llamar, y a su hija empezó a hablar:
- Hija de mi corazón, te estas haciendo mayor y no quiero que cometas un error. Por eso te elegí un pretendiente, aunque no sea muy valiente. Con él te has de casar si no, un disgusto te vas a llevar.
Cuando a su padre escuchó, la princesa un grito dio.
- No papá , yo no me puedo casar y tu no me has de obligar, porque tengo un novio artista que es el primero en mi lista. Y empezó a lloriquear, y a su madre fue a abrazar.
- Padre mío, ponle una prueba, que encuentre lo que tu quieras y que lo traiga hasta aquí, y demuestre a todo el mundo que sí,
que el es digno de mí.
-Muy bien hija mía, sea como tu quieres .
Y dijo el rey al momento, sea así pues lo que quiero que me traiga yo os lo diré después.
Un poco más tarde dijo el rey al novio rockero:
- Una flor de mil colores que crece en una montaña
que está muy lejos de aquí.
Allá, por detrás de España.
- Señor rey, dijo el cantante, yo la flor le traeré y con su consentimiento con su hija me casaré.
Y así, el novio marchoso, emprendió ese largo viaje, con una guitarra y una mochila que eran todo su equipaje.
Cinco mares navegó, y más ríos atravesó luchó con osos salvajes, y hasta algún león cazó subió altísimas montañas, y bajó valles con flores hasta que tiempo después vio un gran monte de colores.
Y entonces, a una ardilla preguntó:
- Señora ardilla, podría decirme dónde una flor de mil colores yo podría encontrar?
- Claro está joven valiente, ¿ves la última montaña? pues cuando la hayas subido , tu la tendrás que bajar y en el otro lado una cueva muy profunda enseguida tu verás. Pero ten mucho cuidado, pues una bruja malvada y su gato negro oscuro , están cuidando la entrada. No dejan pasar a nadie, por que tienen que cuidar una flor maravillosa con muchísimos poderes que nadie debe tocar. No les mires a los ojos, por que te hipnotizarán y una vez hipnotizado , ya no podrás escapar.
- Muchas gracias señora ardilla, espero salir bien parado y si lo logro , pídame el favor que quiera que yo se lo daré encantado.
Y allí mismo se despidieron, y nuestro novio cantante mirando hacia la montaña, siguió el camino adelante. Subió hasta la alta cima, donde había muchísima nieve y cuando logró bajar, y descansar un buen rato empezó a buscar la cueva de la bruja y de su gato.
Cuándo por fin la encontró, la bruja estaba durmiendo en una tumbona al sol y su gato la tele viendo. Rubén que así se llamaba, nuestro aprendiz de príncipe se puso gafas de sol ya que protegen de los rayos y quién sabe si también , de los conjuros malvados. También se puso unos guantes, ya que no quería tocar aquella flor maravillosa que podía estropear. En la cueva entró Rubén, y mientras tanto en la tele empezaron los anuncios y el gato al lavabo fue. ¡Ay! cuando el gato lo vio, asombrado se quedó y se le erizó el pelo y
como maulló muy fuerte, al despertar de repente,
la bruja cayó hasta el suelo ¿Qué ha pasado Lucifer? ¿quién quiere entrar en la cueva? ¡Mil demonios que se lleven, al que intente robar a la bruja y a su gato y cómo coja al ladrón , lo meteré en un cajón y le daré de beber agua con bicarbonato! Al oir aquello nuestro amigo, aterrado se quedó, pero como quería casarse, de valor se revistió y entró aún más a la cueva, y comenzó a a buscar el objeto de su encargo que el rey le mandó encontrar.
Buscando y buscando estaban, la bruja y el gato al ladrón, y nuestro amigo cantante, la flor de los mil colores,
que curaría su mal de amores, cuando se pudiera casar con la princesa de su corazón. Y, de pronto se encontraron, la bruja, Rubén y el gato. -¡Dios mio! qué horror! ya me han visto y ¿ahora yo qué hago?
Y no se le ocurrió otra cosa que tirarle un zapato con tantísima fortuna, que en la cabeza a la bruja dio y como estaba atontada, en vez de enviarle el conjuro a nuestro amigo cantante, se lo envió a su gato que era un poco extravagante. Y el gato todo nervioso también envió su encantamiento pero como miró a la bruja cayó en su enamoramiento y así se quedaron los dos más que nunca enamorados y a nuestro amigo Rubén la flor le dieron encantados. Así que de ellos se despidió no sin antes desearles mucha felicidad, y se marchó de la cueva, para el camino de vuelta tomar pero antes de marcharse buscó a su amiga ardilla para agradecerle toda su amabilidad. Y con la flor en sus manos, volvió a navegar los mares y los ríos atravesó, y menos mal que esta vez con ningún salvaje animal luchó. Así que llegó a palacio, cansado pero feliz, con la flor de mil colores y cuando la gente lo vio, salieron a recibirlo entre vítores y honores y todos así decían:
- Este cantante valiente, que a buscar la flor ha ido con la princesa ha de casarse, ya que su mano ha pedido y la prueba que el rey puso, la ha cumplido a la perfección pues la flor de mil colores ha traído en un jarrón.
Así que a los pocos días una boda celebraron con una gran fiesta donde todos comieron y bailaron. Y siempre fueron felices, y además de perdices, comieron exquisiteces y a la señora ardilla nunca más le faltaron nueces porque cada semana un camión en la puerta de su casa le dejaba un gran montón.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado
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